jueves, 21 de junio de 2007

Servil

Hablando con Maria Ximena de muchas cosas llegamos a los oficios ingratos, esos que no deben existir, el peor de todos, celador. Un oficio en el que la persona es presa durante un determinado número de horas, con un relacionamiento personal mínimo con otros seres humanos, uno no sabe si es mejor el turno de la noche o el del día, en el de la noche se duerme incómodo, pero se duerme y aún queda el día para hacer lo que se tenga que hacer asi sea como un zombie. En el turno del día se tiene que llegar temprano, se debe salir de la casa mucho más temprano y se es preso por un día, de 6 a 6, para luego viajar en la peor hora de tráfico de vuelta a casa, en este turno creo que la vida personal se pierde, en el otro la tiene pero se vive a la mitad de sus capacidades. En este oficio el viaje más largo es a la tienda para hacerle el mandado a algún inquilino perezoso, el día más interesante es el día en el que los ladrones entran y el de mayor recompenza el 24 o el 31 en el que todos se acuerdan del portero y le mandan las sobras de la cena familiar, eso si, el plato lo tiene que devolver limpiecito. Este es un oficio mal remunerado, monótono y paupérrimo para el crecimiento personal, un oficio que no debe existir.

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