lunes, 24 de noviembre de 2008

Gomorra México, Gomorra Colombia, Gomorra Global

Tiempo para escribir no me ha quedado, pero sigo leyendo, eso no cambia y por eso estas últimas entradas han sido exclusivamente reproduccciones de textos que de vez en cuando consulto. En esta ocasión reproduzco la columna de Jacobo Zabludovsky en el díario el Universal de México, muy buena, cruda, sin esperanza. El escrito se refiere a la proliferación del fenómeno narco (tema recurrente en este blog por la cercanía con Colombia) en México, de este tema ya se ha escrito bastante, lo interesante es la óptica de la internacionalización del fenómeno, sucede en México, en Italia y obviamente en Colombia. Zabludovsky también reproduce un texto, el de Roberto Saviano en su libro Gomorra, el libro narra las brutalidades de la mafia italiana, igual parece que se hubiera documentado en México o en Colombia.


Jacobo Zabludovsky
Bucareli
24 de noviembre de 2008
Gomorra México


Si no pueden, renuncien.

En estos días se cumplen los 100 que el presidente Felipe Calderón fijó para lograr objetivos concretos de aquel Acuerdo por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad que hasta los turistas firmaron en Palacio Nacional. Lo bueno es que no esperábamos nada. Lo malo es que el grito del padre furioso y desesperado no fue escuchado. No pueden pero no renuncian.

El Bucareli del 25 de agosto, “Estética Palacio”, terminaba así: sobre la tumba cayó otra lápida. Era la tumba del niño asesinado. En vez de disminuir, los asesinatos aumentaron y, de aquella declaración de guerra inicial del sexenio, el parte de guerra prueba que los únicos que la tomaron en cuenta fueron los mafiosos. Cuerpos sin cabeza, cabezas sin cuerpos, cadáveres encurtidos, periodistas asesinados, periódicos bombardeados, secuestros exprés o entrega inmediata, jefes de la Interpol presos por corruptos, policías cómplices de criminales. Hemos llegado a la región más transparente de la delincuencia. Permítame numerar algunos hechos.

1. “Dimos instrucciones para que se compraran 100 litros de ácido muriático; hacían falta contenedores metálicos de 200 litros. Según nuestra experiencia, había que verter en cada contenedor 50 litros de ácido, y como estaba previsto suprimir a dos personas, hicimos preparar dos bidones”.

2. Toda la estructura económica-financiera del narcotráfico tiene su equipo militar: un salvaje grupo de choque y una vasta red de colaboradores. El parque de coches y motos, enorme, siempre disponible, como una estructura de emergencia. La armería, escondida y conectada con una red de herreros preparados para destruir las armas inmediatamente después de ser usadas para los homicidios.

3. Droga de élite en el pasado, hoy día, gracias a las nuevas políticas económicas de los clanes, se ha vuelto totalmente accesible al consumo de masas, con diferentes grados de calidad pero capaz de satisfacer todas las exigencias. El 90% de los consumidores de cocaína son trabajadores o estudiantes.

4. El consumo de cocaína, ha alcanzado máximos. El número de personas dependientes se duplica cada año. La expansión del mercado es inmensa; los cultivos transgénicos permiten cuatro cosechas al año, por lo que no hay problemas de abastecimiento de materia prima, y la ausencia de una organización hegemónica favorece la libre iniciativa.

5. En cualquier otro lugar, la mano de obra habría tenido un costo elevadísimo. Aquí, la ausencia total de trabajo, la imposibilidad de encontrar otra salida que no sea la emigración, hace que los salarios sean bajísimos.

6. La estrategia es nueva. Aceptar en la guerra a niños, elevarlos al rango de soldados, transformar la máquina perfecta de la venta de droga, inversión, control del territorio en un mecanismo militar. Aprendices de carniceros, de mecánicos, de camareros, chiquillos desocupados.

7. Encuentran un coche quemado, un cuerpo decapitado en el asiento del conductor. La cabeza en los asientos posteriores. Se la habían cortado, no de un hachazo, sino con una sierra circular dentada que utilizan los herreros para limar soldaduras. El peor instrumento de todos, el más teatral. Primero cortar la carne y luego astillar el hueso del cuello. Debían haber hecho la faena allí mismo, pues había jirones de carne por el suelo. Antes incluso de que iniciaran las investigaciones, en la zona todos parecían estar seguros de que era un mensaje.

Ahora le explico: los párrafos anteriores numerados del 1 al 7 son textuales del libro Gomorra y se refieren a la criminalidad en Nápoles, Italia. Un reportaje fascinante y brutal, narrado por un periodista de 29 años que describe en primera persona los delitos de la camorra, la mafia o cosa nostra napolitana llamada ahora El Sistema. En unas semanas se han vendido 3 millones de ejemplares en todo el mundo, la adaptación cinematográfica ganó el premio en Cannes y su autor, Roberto Saviano, amenazado de muerte, vive escondido.

Todo esto sería sólo otro episodio anecdótico de la literatura gangsteril y del periodismo de nota roja y denuncia, si no fuera porque gran parte de lo que narra es lo que estamos padeciendo en México. El narco trasplanta su estilo de vida. Y de muerte. Nos hemos igualado y pronto superaremos a los más perversos sistemas que operan al margen de la ley.

Olvidaba decir que el libro no ofrece remedios. No surte recetas. Ni siquiera se adorna con moralejas finales. Es de una solidez tan pasmosa como descarnada. Describe y ya, sin más.

Lejana la esperanza de ganar la guerra, nos queda el consuelo de que pronto estaremos en la mesa de novedades de todas las librerías del mundo. Alguien escribirá nuestra historia.

Material no le falta.

martes, 18 de noviembre de 2008

Bush Tiene Razón

De nuevo reproduzco el editorial del New York Times, esta vez, hace referencia a la necesidad de aprobar el Tratado de Libre Comercio con Colombia, lo interesante es la racionalidad con la que se reconoce la importancia de aprobar el TLC en medio de un vecindario revoltoso. Para el NY Times es claro que el gobierno de Uribe no es ningún santo en materia de derechos humanos, pero reconoce que en general, la situación es mejor en Colombia en todo sentido. De otro lado, el imperativo comercial es superado por el reconocimiento a la incondicionalidad de Colombia en su relación con la unión de estados.

Editorial

Pass the Colombian Trade Pact

Published: November 17, 2008

We don’t say it all that often, but President Bush is right: Congress should pass the Colombian free-trade agreement now.

Mr. Bush signed the deal two years ago. The Democratic majority in Congress has refused to approve it out of a legitimate concern over the state of human rights in Colombia and less legitimate desires to pander to organized labor or deny Mr. Bush a foreign policy win.

We believe that the trade pact would be good for America’s economy and workers. Rejecting it would send a dismal message to allies the world over that the United States is an unreliable partner and, despite all that it preaches, does not really believe in opening markets to trade. There is no more time to waste. If the lame-duck Congress does not approve the trade pact this year, prospects would dim considerably since it would lose the cover of the rule (formerly known as fast track) that provides for an up-or-down, no-amendment vote.

Because of trade preferences granted as part of the war on drugs, most Colombian exports already are exempt from United States tariffs. The new agreement would benefit American companies that now have to pay high tariffs on exports to Colombia.

It also would strengthen bonds with an important ally in a volatile corner of South America — that also is the main source of cocaine shipped into this country and where the United States has very few friends these days.

In neighboring Venezuela, President Hugo Chávez spouts fierce anti-American rhetoric to distract attention from his autocratic policies. Last month, Bolivia expelled the United States ambassador and accused Drug Enforcement Administration agents of conspiring against his government. Ecuador has refused to renew a lease on an airbase used by American counternarcotics flights in the coastal city of Manta.

We, too, have strong concerns about human-rights violations committed by the government of President Álvaro Uribe. But Democrats opposing the trade pact on these grounds are ignoring undeniable improvements. Violence has abated considerably during the Uribe administration as it has taken on the left-wing guerrillas of the Revolutionary Armed Forces of Colombia, or FARC, and right-wing paramilitaries. The number of trade unionists killed, a major Democratic concern, is still too high but has dropped sharply.

Washington must keep pressing Bogotá to reduce abuses by Colombia’s Army, ensure the prosecution of paramilitary thugs and further rein in violence against union members. It has a powerful tool to do that: $600 million a year in mostly military and anti-narcotics aid.

Failing to approve this trade agreement would do nothing to improve Colombia’s human-rights record. Walking away from it now would alienate many people in Colombia and undermine Washington’s credibility.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Algo Para Recordar En Los Tiempos Que Se Avecinan

Tomado de un post de Seth Godin:


A Friend in Need

Your customers and employees and investors will remember how you treated them when times were tough, when they needed a break, when a little support meant everything.

No one in particular will remember how you acted during the boom times.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Las Lecciones de Mercadeo de las Elecciones

Pasó con Uribe en su primer mandato y acaba de suceder con Barack Obama en las elecciones de este 4 de Noviembre, una lección simple de mercadeo, en momentos de saturación del mercado, basar su estrategia en la diferenciación resulta ser conveniente.
Uribe representaba el opuesto a 8 años de gobierno en los que la guerrilla dominaba el territorio colombiano y su promesa aunque ambiciosa fue clara, menguar el poder de las FARC. Obama tiene un plan mucho más ambicioso, restablecer el orden en los Estados Unidos, eso significa regular el mercado, desmontar la locura de Irak y sobretodo regresar al país más poderoso del mundo a su posición.
Al final del día, cuando un mercado se encuentra hastíado de la propuesta dominante diferenciarse es la fórmula ganadora. Estos dos productos que menciono se han vendido así, la promesa, ser radicalmente diferente, falta ver si se cumple la promesa de Obama, la de Uribe se cumplió y le sirvió para la recompra (reelección).

The Next President

Reproduzco el editorial del New York Times, de manera clara y precisa explica la razón del triunfo del senador Obama y los retos que tiene por delante. El nuevo presidente de la unión de estados hereda un país en crisis, en guerra y en odio, ojalá el CAMBIO PUEDA SUCEDER (Change Can Happen).


Editorial
The Next President

This is one of those moments in history when it is worth pausing to reflect on the basic facts:

An American with the name Barack Hussein Obama, the son of a white woman and a black man he barely knew, raised by his grandparents far outside the stream of American power and wealth, has been elected the 44th president of the United States.

Showing extraordinary focus and quiet certainty, Mr. Obama swept away one political presumption after another to defeat first Hillary Clinton, who wanted to be president so badly that she lost her bearings, and then John McCain, who forsook his principles for a campaign built on anger and fear.

His triumph was decisive and sweeping, because he saw what is wrong with this country: the utter failure of government to protect its citizens. He offered a government that does not try to solve every problem but will do those things beyond the power of individual citizens: to regulate the economy fairly, keep the air clean and the food safe, ensure that the sick have access to health care, and educate children to compete in a globalized world.

Mr. Obama spoke candidly of the failure of Republican economic policies that promised to lift all Americans but left so many millions far behind. He committed himself to ending a bloody and pointless war. He promised to restore Americans’ civil liberties and their tattered reputation around the world.

With a message of hope and competence, he drew in legions of voters who had been disengaged and voiceless. The scenes Tuesday night of young men and women, black and white, weeping and cheering in Chicago and New York and in Atlanta’s storied Ebenezer Baptist Church were powerful and deeply moving.

Mr. Obama inherits a terrible legacy. The nation is embroiled in two wars — one of necessity in Afghanistan and one of folly in Iraq. Mr. Obama’s challenge will be to manage an orderly withdrawal from Iraq without igniting new conflicts so the Pentagon can focus its resources on the real front in the war on terror, Afghanistan.

The campaign began with the war as its central focus. By Election Day, Americans were deeply anguished about their futures and the government’s failure to prevent an economic collapse fed by greed and an orgy of deregulation. Mr. Obama will have to move quickly to impose control, coherence, transparency and fairness on the Bush administration’s jumbled bailout plan.

His administration will also have to identify all of the ways that Americans’ basic rights and fundamental values have been violated and rein that dark work back in. Climate change is a global threat, and after years of denial and inaction, this country must take the lead on addressing it. The nation must develop new, cleaner energy technologies, to reduce greenhouse gases and its dependence on foreign oil.

Mr. Obama also will have to rally sensible people to come up with immigration reform consistent with the values of a nation built by immigrants and refugees.

There are many other urgent problems that must be addressed. Tens of millions of Americans lack health insurance, including some of the country’s most vulnerable citizens — children of the working poor. Other Americans can barely pay for their insurance or are in danger of losing it along with their jobs. They must be protected.

Mr. Obama will now need the support of all Americans. Mr. McCain made an elegant concession speech Tuesday night in which he called on his followers not just to honor the vote, but to stand behind Mr. Obama. After a nasty, dispiriting campaign, he seemed on that stage to be the senator we long respected for his service to this country and his willingness to compromise.

That is a start. The nation’s many challenges are beyond the reach of any one man, or any one political party.