Si se aísla por unos días de la prensa local (Colombia) y logra llegar desprevenido a la sala de cine se deslumbrará por los primeros 5 minutos, el tiempo que se demoran los créditos. La estética no puede ser mejor, la imagen del perro callejero engrandecida, nunca antes había visto a un gozque tan bien. A partir de ahí, se va en picada y nada la rescata de ser una versión actuada del Espacio, es horrible, la violencia y la sangre son gratuitas. Entiendo que las historias que produce el cine nacional son el reflejo de nuestra sociedad, pero la saturación del espectador debe ser un hecho, por lo menos lo es para mí. Por rescatar la actuación de Oscar Borda, excelente, nada que hacer. La película es un perro ruidoso (por la prensa), de esos que ladran y ladran y al final no hacen nada, solo nos incomodan.
Por mas galardones (Sundance, Miami Film Festival, Festival Internacional de Guadalajara) que tenga no puedo encontrarle el sentido a la historia, no puedo.
domingo, 11 de mayo de 2008
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