El periódico El Tiempo resume hoy la sangrienta situación por la que atraviesa México en su lucha contra los carteles de la droga que hoy por hoy son los que realmente controlan el negocio. Se veía venir, la mezcla entre corrupción de las autoridades y la excelente posición estratégica en la frontera con el mayor consumidor de alcaloides del mundo convirtieron a México en terreno fértil para que prosperara el negocio. Pero también se veía venir la guerra, primero entre carteles, de hecho, esta lleva mucho y los gobiernos de turno le dieron la espalda por estar de involucrados de alguna forma (no olvidemos al hermano de Salinas, el famoso Mr. 10%).
Ahora, es la lucha del gobierno frente a los carteles, supuestamente, en lo corrido del año ya van 1.200 muertos y el numero con absoluta certeza ha de crecer. Los dos bandos, gobierno y narcos, deben retroceder un poco en el tiempo y mirar hacia el sur para darse cuenta que es cierto que la historia se repite y que aquí ya vivimos esa misma guerra, México hoy debe ser igual a Colombia a finales de los 80 y principios de los 90.
Como decía si los dos bandos se detuvieran a analizar el caso colombiano se darían cuenta que nadie ha podido vencer a un estado medianamente consolidado, no lo hicieron en Colombia y difícilmente creo que sea posible en México, es absurdo y de una ignorancia sin límites creer que un delincuente por más organizado que se encuentre puede vencer a un estado como el mexicano o el colombiano. Por otro lado, es urgente que el gobierno mexicano tome medidas para devolver el problema a sus proporciones aceptables, el problema no se va a acabar nunca, en la medida en la que sea ilegal y existan compradores, alguien va a intentar vender sin importar el riesgo; lo que no se puede permitir es que se salga de su curso y logre las dimensiones del problema colombiano, eso nunca.
Desafortunadamente, desde mi pobre conocimiento de la realidad mexicana creo que tienen todo para repetir la historia colombiana, una guerrilla en el sur sin recursos para su lucha, con una población pobrísima que puede encontrar en el narcotráfico esa anhelada fuente de ingresos y unos narcos en el norte dispuestos a hacer alianzas con quien toque para sacar adelante su negocio, todo esto, sumado a una policía y un ejército con niveles de corrupción peores que los colombianos, el escenario es ese y el resultado puede ser fatal, como lo es la realidad colombiana. Insisto, uno y otro debería para por un segundo y ver cómo mover sus fichas para salir bien librados.
lunes, 12 de mayo de 2008
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